lunes, 7 de enero de 2013

HUMANIDAD...¿REALIDAD VIRTUAL?


Aunque parezca ciencia ficción, un grupo de físicos de la Universidad de Washington ha conseguido ahora diseñar un test para probar la veracidad de esta afirmación.

La idea de que la humanidad podría estar viviendo en el interior de un universo artificial surgió en un artículo de Nick Bostrom, profesor de Filosofía de la Universidad de Oxford. El trabajo se publicó en 2003 en la revista Philosophical Quarterly y desde entonces no ha dejado a nadie indiferente.

Un grupo de físicos de la Universidad de Washington está desarrollando un test que podría llevarse a cabo en un futuro cercano y que podría servir para resolver la pregunta de si efectivamente vivimos o no dentro de una simulación computarizada. El estudio aparece publicado en ArXiv.org.

Para ello el profesor Martin Savage considera que solo es necesario modelar una pequeña parte de nuestro mundo, es decir, crear también una simulación suficientemente grande.

Partiendo de las leyes fundamentales de la Física que rigen el Universo han sido capaces de simular con relativo éxito diminutas porciones del mismo en una escala de una billonésima de metro, algo mayor que un núcleo atómico.

"Si consigues hacer una simulación lo suficientemente grande de ella emergería algo muy parecido a nuestro Universo", explica Savage. Por lo cual, según el científico, solo es cuestión de buscar en el universo en que vivimos una "firma" análoga a la que están utilizando en nuestras simulaciones a pequeña escala.

Algo que además, para Savage y sus colegas, es perfectamente factible. De hecho, sugieren que la "firma" que probaría que el nuestro es un Universo artificial podría mostrarse como una limitación en la energía de los rayos cósmicos (la radiación que nos llega de estrellas y galaxias lejanas).

Según la idea de Savage, los rayos cósmicos de mayor energía no podrían viajar por los bordes de la retícula artificial que simula el espacio-tiempo en un hipotético modelo informático, sino que debería viajar en diagonal, por lo que sus interacciones no serían iguales en todas las direcciones, como sería de esperar. Si se consigue demostrar que esa limitación "antinatural" existe, ya no habría duda de que vivimos en el interior de una simulaciòn

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