jueves, 6 de mayo de 2010
CLÁSICOS DE CIENCIA FICCIÓN: MAD MAX
Nos ubicamos temporalmente «dentro de algunos años». La civilización está atravesando la más aguda crisis socio-político-militar de la historia. Australia no ha sido inmune al caos universal. En medio de la creciente ola nacional de agitación, violencia y vandalismo, el MFP (Main Force Patrol) crea el Breaker Squad, un escuadrón policial que debe contener a las cada vez más numerosas grupos armados que se imponen en las aisladas carreteras.
El joven oficial Max Rockatansky (Mel Gibson) forma parte del Breaker Squad y, junto con su compañero Jim Goose (Steve Bisley), combaten a una peligrosa banda de motociclistas liderada por el feroz Toecutter (Hugh Keays-Byrne). Pero después de que Goose sea bárbaramente quemado vivo por estos pandilleros (alucinante escena de Max contemplando a su agonizante amigo calcinado), nuestro héroe decide retirarse momentáneamente del Breaker Squad y tomar un descanso junto con su esposa Jessie (Joanne Samuel) y su pequeño hijo.
Pero Toecutter y sus hombres dan salvaje muerte a la familia de Max durante un asalto (perseguidos y atropellados por motocicletas, en otra impresionante secuencia). Max decide salir de su retiro y, con la ira invadiéndole el ser, montará su interceptor (excelente vehículo futurista) y se dedicará a cazar a toda la banda. En medio de una desolado autopista, Max irá dando terrible muerte a los asesinos de su familia, uno por uno.
Al final, con la explosión de un auto volcado como telón de fondo (¿alusión a un hongo atómico?), Max se aleja como alma en pena, sin un rumbo fijo.
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