El empresario Danny Groner está orgulloso de no pertenecer a los más de dos tercios de estadounidenses que poseen un smartphone, explicó un artículo de la cadena BBC. Al igual que los magnates Warren Buffett y Stephen Schwarzman, la única conexión móvil de Groner con el mundo es un viejo teléfono plegable o con tapa, que usa sólo para llamadas y mensajes de texto.
Pero Groner no es viejo. A los 32 años, es el tipo de clientela a la que apuntan los fabricantes de teléfonos. No sólo es joven, es gerente de la agencia de fotos Shutterstock, valorada en USD 1.200 millones.
Su oficina está en la sede de la compañía que ocupa dos plantas del edificio Empire State, en Manhattan. Es la oficina típica de una startup, con hasta columpios, sala de juegos y un estudio de yoga. Rodeado de tecnología, Groner deja muy claro por qué se beneficia al rechazar un teléfono inteligente. "Me preocupa que pueda 'quemarme'. Me paso 13 o 14 horas al día frente a una pantalla. Eso es suficiente. No tienen que ser 17 horas", dijo.
A pesar de su entusiasmo por los móviles retro, admite que no todos pueden deshacerse de los smartphones: "Si todo el mundo fuera como yo, no se terminaría ningún trabajo", dijo, a pesar de que considera que evitar un smartphone lo hace un mejor trabajador.
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