Vestido con una camisa azul y una corbata roja, Assange apareció en el balcón de las oficinas de la embajada, donde se hospeda desde hace dos meses.
"Estoy aquí porque no puedo estar ahí con ustedes", refiriéndose a que en caso de que saliera a la calle, la policía británica lo arrestaría.
El fundador de WikiLeaks tuvo palabras de agradecimiento para Ecuador y para el presidente Rafael Correa, así como para sus seguidores en todo el mundo, y denunció la actitud de los gobiernos del Reino Unido, Suecia y Australia, así como Estados Unidos.
El australiano de 41 años hizo un llamado al presidente de EE.UU., Barack Obama, para que "haga lo correcto" y "renuncie a su caza de brujas contra Wikileaks".
"No debe haber ninguna tonta conversación sobre enjuiciamiento de cualquier medio de comunicación, ya se trate de WikiLeaks o el New York Times", señaló Assange.
Y añadió: "Si el Reino Unido no tiró los términos de la Convención de Viena fue porque el mundo estaba viendo y el mundo estaba viendo porque ustedes estaban viendo."
Assange pidió la libertad de Bradley Manning, el soldado estadounidense que supuestamente le filtró a WikiLeaks los cables secretos del departamento de Estado de EE.UU..
También se refirió a la retención y condena de las miembros del grupo de punk ruso Pussy Riot.
"Hay unidad en la opresión. Debe haber unidad absoluta y determinación en la respuesta".
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